Sota, Caballo y Rey

Defender la libertad con sus causas es casi imposible ante los argumentos emocionales de la utópica igualdad. Los más de 100 millones que asesinaron Stalin, Mao, Hitler y Mussolini no bastan para explicar el fracaso del marxismo comunismo o socialismo, ni la experiencia de Camboya que de 1975 a 1979 redujo un tercio la población de 6 a 4 millones por pretender la igualdad. Es una blasfemia decir que Luis XIV el Rey Sol construyó Versalles con 4000 habitaciones y mucho oro, pero nunca tuvo agua, luz o sanitarios, decir que vivimos mejor que él, que se bañó 2 veces en su vida, amerita que te cuelguen del poste más alto de la ciudad. En la etapa de los 300 años de conquista el 98% vivió en extrema pobreza y sólo la hemos ido venciendo a partir de la revolución industrial. De diez mil años de vida humana iniciamos con 18 años promedio de vida, en la época de Colón eran 27, sólo en los poco más de cien años recientes tenemos servicios y vivimos mejor. Pero justificar la pobreza extrema del 15% de la gente y la carencia de alguno de los servicios en otro 35% es imposible. Pero es cierto, vivimos mejor que todos nuestros ancestros y debemos seguir en la conquista de más, pero en libertad porque la igualdad sólo es posible hacia abajo. La libertad combinada con las obligaciones del estado en educación, salud, seguridad y agilidad para la entrada y salida de insumos y productos nos da la posibilidad de vivir mejor con libertad de hacer lo que cada uno decida.

Chihuahua debe cambiar el rumbo o Morena le dará una paliza. La sociedad debería tener candidatos, pero el poder es ciego por soberbio. La ciega debería ser la justicia para ser pareja sin ver se aplicaría a todos por igual. Los candidatos no son los debieran ser y el día de las elecciones la realidad nos dará otra lección.