La burda felonía
22 de agosto de 2024
Sota, Caballo y Rey
Fernando Herrera
El Presidente es un hombre de palabra que cumple lo prometido, por sobre lo que sea, incluso, si tiene que pasar por encima de la ley. Esa promesa que consiguió Javier Corral es una licencia de impunidad que lo hará senador, y el fuero de la posición le permitirá burlar, por lo menos 6 años, la justicia del estado que traicionó y desfalcó, a las familias que extorsionó, a quienes mandó torturar y a las personas que encarceló por odio gratuito y por frustraciones inconfesables, pero esa burla no es para siempre; de hecho, nada lo es, y lo sabemos todos. Paciencia.
Hay gente sencilla que ve esto como algo divertido porque no les importa lo que creen un pleito de revanchas entre políticos. Nada más lejos de la verdad porque jamás podrá compararse a un sátrapa que tortura u ordena torturar a otras personas desde su posición de poder a otros seres humanos, porque al hacerlo dejó de ser humano.
Senador o no, protegido y libre, impune y sin castigo, con o sin amigos, en su conciencia y en la de los chihuahuenses, nunca dejará de ser un delincuente, hasta que salve su deuda social.