Jesús Francisco Luján Vásquez

El 6 de junio de 2021 en las elecciones federales, Morena perdió la mayoría calificada en el congreso de la unión, lo que la imposibilitaba para hacer cambios a la constitución, los que le urgían a López obrador para tener el control absoluto del poder legislativos y poder sobre todo nulificar, cooptar o bien destruir al poder judicial que era el único que se oponía a las iniciativas, ocurrencias y arbitrariedades inconstitucionales que proponía; en agosto del mismo año el presidente impulso la consulta para enjuiciar a los expresidentes y finalmente el 10 de abril del 2022 realizo la consulta de revocación de mandato queriendo hacerla vinculante para que se le ratificara y seguir en el cargo después del termino de su sexenio. En los dos últimos procesos hubo una votación muy baja, mas bien raquítica, por lo que, sin esperar los tiempos establecidos y permitidos por la constitución y las leyes electorales inicio la precampaña de 4 militantes de Morena a la presidencia de la república, violando y violentando las leyes electorales. El presidente López Obrador se convirtió de facto en el coordinador de la precampaña de sus “corcholatas” como el las llamo.

Así fue como utilizando su influencia en las mañaneras y el derroche estratosférico de recursos públicos para dicha precampaña, que mas bien ya era campaña electoral, dejo prácticamente sin oportunidad alguna a la “oposición” que a la postre se aglutino en una alianza que a todas luces surgió muerta, ya que era la unión de las burocracias de los partidos que buscaban un reacomodo para seguir viviendo del presupuesto y conservar los registros de los partidos que perderían si se lanzaban solos a la contienda electoral, argumentando para justificarse, que lo hacían, para arrancarle el poder a Morena y por ende a López Obrador, pero nunca presentaron un verdadero programa de lucha que entusiasmara al pueblo trabajador y siempre adoptaron una actitud contestaria y timorata.

Cabe destacar que Morena durante el inconstitucional proceso se nutrió de lo mas granado de exgobernadores, exfuncionarios y excandidatos perdedores y apestados de todos los partidos de “oposición”. Unos voluntarios para seguir viviendo del presupuesto y otros chantajeados por la UIF o por el SAT, dejando a sus huestes o agremiados a merced del Frankenstein que es Morena.

Entonces desde 2022 Morena y López Obrador tuvieron la oportunidad de primero, aumentar la base o padrón de los beneficiarios de los programas sociales, hasta llegar a los 28 millones de beneficiarios y segundo de iniciar la manipulación y extorción por parte de los servidores de la nación para que las personas beneficiarias votaran ¡si! O ¡si! Por Morena en las elecciones que se avecinaban mediante la consabida amenaza de quitarles el apoyo si no lo hacían; consumándose de hecho, antes del día 2 de junio del 2024 el fraude electoral. Si a todo esto le agregamos una serie de promesas falsas que morena vino manejando desde el 2022 durante su ilegal campaña, veremos que solo así se explica el “gran triunfo” en la elección del 2 de junio del presente año.

Ahora bien, al pueblo le debe quedar claro varias cosas: primero, haya elegido a cualquiera de los tres contendientes no es ni era ninguna garantía para que le solucionen los problemas añejos que tiene, porque ninguno de ellos contaba con un programa coherente y perfectible que pudiera sacar adelante el desarrollo del país.

Segundo, en el proceso electoral pasado, el pueblo solo jugo el papel de comparsa, de carne de cañón, engañado tanto por la derecha, como por la sedicente izquierda recalcitrante y oportunista cuya burocracia dirigente siempre ha vivido del presupuesto.

Tercero, de esta experiencia, el pueblo de México debe de sacar la conclusión de organizarse independientemente de estos partidos políticos, formar uno que verdaderamente lo represente, pero ante todo debe de tomar conciencia y reaccionar ante las engañifas y los cantos de sirena que nos lanzan quienes a nombre del pueblo, tienen destrozada nuestra patria y amparados en la manipulación y mediatización, no dejan que el pueblo llano se de cuenta que el sexenio que termina es el resultado de un gobierno fallido, que no quiso o no pudo resolver los graves problemas que aquejan a México.