Erik Jurado

Sin duda, siempre en los momentos cruciales de la historia existen advenedizos, esos personajes incapaces de ver el contexto general y pensar en el logro colectivo o la responsabilidad presente, pues están eclipsados por sus objetivos personales y la satisfacción egoísta de su necesidad inmediata, personas que piensan en su bienestar por encima del sacrificio colectivo.

Hoy en México estamos de frente a uno de esos momentos clave en la historia, la resolución sobre si vencer el populismo exacerbado y permitir se sigan desvaneciendo las instituciones en e humo y los deseos vanos de un grupo político, que ha demostrado que de fondo existe una intensión clara de devolver el poder un grupo selecto a costa de la libertad individual, pues estamos en el marco de la creación de una clase dependiente del gobierno como sucedió por mucho tiempo en el país, y a costa de la desaparición de la clase media, que tan complicado fue instaurar.

Sí estamos frente a un momento complicado de la historia mexicana, que requiere mucha inteligencia y coordinación social para superar, e impedir un franco retroceso en varias áreas. También nuestro presente regional representa otra crisis. Una administración abusiva y dictatorial, que alimenta los bolsillos de un personaje nefasto, pero que nada abona a la sociedad en general.

Y aun cuando estamos frente a un momento de suma importancia nacional, no faltarán aquellos personajes que aprovechan las mareas para buscar su beneficio personal, aquellos que se cuelgan de las causas justas a su favor y solo pensando en su propio beneficio y sin abonar nada en el escenario. Creo que es responsabilidad también de los actores sociales y políticos tratar de desnudar esas intenciones que nada aportan, y que en realidad llevan a los convencidos abdicar de causas.

Aquí en parral sucede algo así, la dirigencia actual del PRI es uno de esos barcos que no llevan rumbo y van con las olas en busca de un buen puerto. Su único cometido es cuidar el espacio del diputado que no quiso hacerse cargo de su responsabilidad social, ni partidista;  ese que piensa que la tarea de fortalecimiento partidista está en colocar espectaculares.

La dirigencia municipal llegó mediante un acuerdo de tres acciones fundamentales; 1) Ser presidenta de tiempo completo y con ello mantener las instalaciones en continua actividad, 2) integrar a todos los grupos y expresiones del partido en trabajos de altura en vistas del escenario por venir y 3) mantener un posicionamiento firme frente a la pésima administración de MC en Parral, y que devuelva la credibilidad del partido a la ciudadanía.

A la fecha, y luego de más de un año de haber asumido la responsabilidad,  ninguna de las tres se han cumplido; en un edificio abandonado, con intermitentes eventos para la fotografía se administra la derrota y el desánimo, sin una visión tangible de política local, ni una  suma a una política Estatal y Nacional, es como se sigue en el naufragio, con la única consiga de guardar un espacio para el padrino de la posición, ese que no ha querido sumar, aquel que se apunta a la presidencia solo para conservar la curul que le ha dado comodidad política, pero que poco ha regresado al partido y la política local.

El PRI en Parral no ha podido generar una postura, ni siquiera figura en torno a la cual organizarse, y se ha convertido solo en una administración de egos y deseos personales, sin duda es emblemático que ni siquiera ha podido organizar un equipo básico, ese que marcan los estatutos, y que en realidad no existe la intención de sumar a nadie más pues hacen mosca en ese deseo particularísimo, en suma ese PRI no suma nada, sólo resguarda un coto de poder.