Jesús Francisco Lujan

Parece que hemos llegado al ‘‘Ideal Democrático’’ que los otrora opositores (Morena) le exigían al gobierno priísta, exigencia que habían enarbolado, en forma por de mas vocinglera, como la solución perfecta y única a los problemas y carencias del pueblo. Ahora nadie se puede quejar (menos los actuales partidos de ‘‘oposición’’) en que en la justa por la presidencia de la república y todos los puestos de elección popular que están en juego en esta elección histórica, que se están desarrollando en estos días, no hayan tenido la suficiente ‘‘libertad’’, las suficientes garantías y el suficiente ‘‘respeto’’, para hacer lo que se les pegue la gana (circo, maroma y teatro), en lo relativo a la preparación, selección y promoción de sus respectivos candidatos.

A tal grado esto es así, que al echar una hojeada de conjunto al panorama nacional pareciera hallarse uno en un inmenso mercado en donde los vendedores publicitan su mercancía con la misma alharaca, falta de sinceridad (atribuyéndoles virtudes mágicas) que no tienen e irresponsabilidad que se hace en los mercados verdaderos. Hay una gran oferta de candidatos; por lo mismo los precios están a la baja, hay barata, pues hay que competir duro y macizo por el cliente.

Es el momento, entonces, de que los clientes potenciales (el pueblo humilde y trabajador), ya que tiene la oportunidad de hacerlo, se tome su tiempo para reflexionar y para pensar detenida y serenamente que pueda, acerca de la sinceridad de los vendedores, acerca de su honestidad, acerca de la viabilidad, de las promesas y ofrecimientos con que pretenden cautivarlo (regalos de leña, pollos, pavos, despensas, posadas, etc), para atraerlos a sus redes.

No solo eso, es el momento de enjuiciar para poner en tela de duda todo el mecanismo en su conjunto. Me parece, que la realidad política y económica de nuestro país esta dando ya suficientes elementos seguros y reales, a la vista de todos como para que la inmensa mayoría del pueblo (y no solo los iluminados) comience a preguntarse si esta ‘‘feria de vanidades’’ y de derroche económico que algunos llaman pluripartidismo o democracia auténtica, es lo que el mismo pueblo ha venido deseando en lo mas profundo de su ser antes del 2018 y aún ahora en el 2024 para que de ella salga la solución a sus problemas y carencias fundamentales y ancestrales.

La esencia de la campaña mercantil para vender a un candidato determinado, reside en las promesas de campaña, en el programa de lucha o de gobierno que el respectivo candidato aplicara en caso de llegar al poder para ‘‘salvar’’ al pueblo. Dicho de otra manera, la campaña descansa en el empeño de hacer creer a la gente humilde de México de que su salvación depende de un solo hombre y de un programa. Ha llegado el momento también de que el pueblo trabajador se pregunte en serio, si esto es posible, la respuesta es muy clara, habría pues que preguntarnos ¿Cómo estábamos en 2018 antes de la llegada de López Obrador? y ¿Cómo estamos ahora después de 5 años de Morena con López Obrador a la cabeza?.

Es hora, que el pueblo más humilde de México se organice y luche, para que no sea engañado, ni manipulado y por qué no, ser ellos con su partido político quienes tomen el poder en sus manos.