LIBRE. - ¡El que este libre de baches que haga la primera exigencia! Sin lugar a dudas el presidente municipal Cesar Peña rayó en el cinismo cuando exigió a la federación la mejora de las condiciones del acceso a Parral.

ESPURIAS. – La petición del alcalde es una necesidad incuestionable, el abandono de la secretaria de comunicaciones y transportes en el acceso a Parral es inocultable, ¡al igual que muchos otros tramos ubicados en la carretera a Chihuahua! Cesar Peña no dijo mentira alguna, pero, asume la causa quien menos calidad moral tiene para hacerlo.

DATO. - Son federales los recursos que se robaron, perdón, aplicaron en el tramo periférico de la primera etapa, un desastre, como no encontraban la manera de como quedarse con el dinero, entonces contrataron una empresa que hiciera un trabajo barato para concretar el atraco en despoblado.

CUENTA. - La federación, si fuera sensata y congruente -es difícil pedir peras al olmo- fácilmente podría hacer una auditoria al fallido tramo del periférico de la primera etapa y encontraría razones suficientes para abrir causas penales a los vivales que se aventaron la ofensa al pueblo y las finanzas, ¡ni los de aras se atrevieron a tanto!

CIUDAD. - La ciudad está en el abandono, los reclamos silenciosos de la ineptitud de los proveedores de obras publicas saltan a la vista en cada trabajo, en cada acción gubernamental, las empresas del dueño de la tiendita, son tan malas que solo aquí se contratan ¡por decreto municipal!

DINERO. - Ha empezado la reparación del recarpeteo de la primera etapa del periférico y aun no se sabe de dónde sale el dinero. Se sospecha que es del mismo erario municipal, no es casualidad que coincida esa erogación con la captación del predial, ¡piensa mal y acertaras! no es nada nuevo, como tampoco el que se encementaran algunos tramos del periférico a cuenta del municipio, ayuda a disfrazar la horrorosa obra de asfaltado vestida de color naranja.

SINVERGUENZAS. – Lo mal del tramo del periférico es solo una seguidilla de otras laceraciones a la comunidad. ¡da vergüenza mostrar la superficie de rodamiento de la puerta del tiempo! Las “heridas” del encementado son la prueba de la negligencia de la empresa que realizo la adecuación de las terracerías, si exacto, ¡la misma de siempre! La que también aparece cuando Luis Carlos Bueno es cuestionado por ofrecer la maquinaria de los mismos.

TRABAJO. - Antes había el pago del diezmo, se metía la mano al cajón, ¡pero aquí cayeron todas las maldiciones juntas! agregándose otra más, sin precedentes, ¡obras mal hechas! Caras, asignadas directas al patrón y con defectos severos de manufactura.

PAGO. - Lamentablemente la sindicatura ha sido omisa, solo ve los defectos de los negocios que no son parte de la cofradía o que no tenían permiso para hacerlos. Seguramente cuando Alma Portillo sea llevada como la propuesta a la reelección o al congreso del estado, se le cobraran las omisiones de su función, ¡le ha quedado a deber a los electores!

URGENCIA. - El descredito generado por el atraco es a la luz pública, no pasa inadvertido, los niveles de popularidad se les han caído más que el dólar en los últimos meses. La alerta naranja en los naranjas sube de tono, tanto que, si Soledad Sánchez no crece, seguramente mandaran a Alfredo Lozoya como candidato, es el último recurso para rescatar por la vía electoral la fuente de financiamiento ¡la presidencia! Es como la joya de la corona.

LLUVIA. - Por cierto, el mayor detractor que tendrán estas campañas para movimiento ciudadano, será la lluvia, las precipitaciones pluviales volverán a desnudar la mala calidad de los trabajos de reparación del recarpeteo, la capa que están colocando es tan gruesa como una pasada de “chinola” y tan hermética en su superficie como un cedazo, la combinación de ambos factores vaticina filtraciones de agua destructivas y un nuevo deslave, ¡la ineficiencia en grado superlativo!

APOYADORES. – Sin dudar, hay que apoyar el reclamo de Cesar Peña para que la federación atienda el acceso a la ciudad, con suerte le hacen caso y de paso se dan cuenta del desfalco mayúsculo que se hace todos los días en la presidencia, incluyendo recurso de origen federal.