Entrevista:
19 de Enero 2025
La fe a toda prueba; entre las balas y el abismo del barranco, solo Dios nos pudo salvar; Sacerdote
El padre Medina narra la agresión que sufrió y el milagro de estar con vida
¡Con mi compañera de al lado mal herida, los disparos desde el cerro y nosotros en medio de la nada, en un camino estrecho y malo el abismo del barranco es nuestro vigilante permanente! pude dar la vuelta y regresar a Guadalupe y Calvo, ¡solo Dios nos pudo salvar! la camioneta llegó sin frenos, pero no se detuvo y la lesionada llegó con vida, es la síntesis de la odisea del padre Lorenzo Medina y cinco personas más en su peregrinar por esos caminos de la convulsa sierra de Chihuahua.
Como si fuera la recreación del título de la obra del escritor colombiano Gabriel García Márquez que en 2002 fue publicada a manera de autobiografía, igual, aunque con una historia diferente, 23 años después el párroco Lorenzo Medina relata el atentado que sufrió a manos de delincuentes escondidos en los cerros, por los “soldados” de los grupos criminales que mantienen una cerrada lucha por el control de la zona serrana, del triángulo dorado que es el traspatio del terruño del cartel de Sinaloa situándose el epicentro del conflicto en la zona del seccional de Dolores.
El padre medina este asignado a la parroquia del Rosario en la comunidad de Dolores. Un día antes del aciago viernes, el jueves 16 de enero, el sacerdote dejó su parroquia encargada al diacono y se dirigió en su pequeña camioneta a la comunidad de Guadalupe y Calvo para atender compromisos pastorales. El viaje lo hizo solo, en el trayecto no hubo sobresaltos, nadie le molestó, solo lo intransitable del camino.
Con esa misma confianza, al día siguiente, el viernes 17 de enero, tomó el camino de retorno a su parroquia, un poco antes, cinco personas, entre ellos dos adultos mayores lo reconocieron, pertenecen a esa comunidad parroquial y le pidieron “rait” a lo que el presbítero aceptó y así ganó compañeros de viaje.
Se escucharon disparos, luego estalló un cristal lateral de la camioneta, la señora Leonila -que iba adelante con él- quedó mal herida y el sacerdote también, ¡con la misma bala!
La mujer recibió la peor parte, la lesión más grave, el sufrió un “rozón” en el brazo, nada grave, al llegar al hospital fue dado de alta horas después, sin embargo, en ese momento no dimensionaba la trascendencia en su la salud de su humanidad, todo era dolor, sangre y un intenso estrés por la incertidumbre de lo que estaba pasando en medio de la nada.
Dolores es un seccional de Guadalupe y Calvo, en ese lugar se encuentra la parroquia del Rosario, desde donde se atienden a infinidad de comunidades rurales de los alrededores, en el municipio hay más de mil, la zona del barranco tiene muchas de estas, hasta colindar con Sinaloa.
- ¿Cómo fue que sucedió este ataque?
- En la camioneta cabina y media viajábamos seis: tres señoras y dos personas de la tercera edad, una de ellas, Leonila, iba en el asiento de a lado, en el de atrás los demás.
- ¿Dónde fue el ataque?
-En Carboneras, casi llegando, nos faltaban quince minutos
¿Cómo fue el hecho?
-Nos dispararon y al escuchar, de inmediato di reversa, lo hice ¡aun con el riesgo de caer en el abismo del barranco!
¿Cómo Logro salir de la emboscada?
-Es un camino estrecho y muy malo, pero logre dar la vuelta a la camioneta y empezar el camino de regreso a Guadalupe y Calvo
- ¿Como se sentía en esos momentos?
- Bajo un estrés muy fuerte, durante todo el camino solo pensaba que la mujer no se muriera. Agradezco a Dios por salvarnos y darme el temple para pensar fríamente y no accidentarnos pese a que no tenía frenos en la camioneta.
- ¿Puede describir el momento en que los hirieron?
- Desde el cerro nos disparaban y una de las balas rompió el cristal de la camioneta, lesionó a la señora y a mí también.
¿Cuál fue su afectación?
- Un rozón en el brazo, la bala no se quedó.
- ¿Como se sobrepuso?
-Tenía el dolor muy fuerte en el brazo derecho y sentía también mucho frio, ¡un frio penetrante! Debido a que la ventana estaba rota. Agradezco a Dios que me halla dado el temple para salir.
- ¿Se asusto?
-No estaba asustado, por eso pude pensar fríamente la situación.
- ¿Qué pensaba en esos momentos?
- ¡En cómo iba a regresar, como mandar mensajes para pedir ayuda!
- ¿Cuánto tiempo tardo en regresar?
- Fue muy rápido; ¡como una hora!
- ¿Su vehículo estaba en buenas condiciones?
- No, ¡le sonaba todo abajo! Le pedía a Dios, ¡señor que no se quede la camioneta, que no se “ponche” o algo!
¿Y fue escuchada su petición?
-Por fortuna llegamos a Guadalupe, ¡ya no me respondían los frenos! pero no ocurrió nada ¡gracias a Dios!
-Usted vive para contarla, ¿Qué pide a las autoridades después de esta odisea?
- ¡Respeto a la dignidad humana! Ante la ola de violencia que se vive en muchas partes, ¡necesitamos la paz en general! Todos somos hijos de Dios.
- ¿Cómo toma este incidente violento?
-A las personas que iban conmigo y a mí, ¡nos va a quedar una marca muy fuerte que lastima la dignidad humana!
¿Y de sus agresores?
-Deben reflexionar por la salvación de sus almas. Entender que haciendo el mal no les favorece, deben pensar en el futuro, no solo en el presente. Hacer conciencia independientemente de la religión que profesen porque todos compartimos estos preceptos. Que no se dejan llevarnos por el rencor, el odio o la ira
El sacerdote se muestra tranquilo, es sábado, un día después de lo ocurrido, esta en la iglesia de nuestra señora de Guadalupe en la cabecera municipal, la gente lo reconoce, lo saluda, hace señas para atenderlos un poco después, está en la entrevista, lo peor a pasado pero el recuerdo queda grabado, Hoy no es como cualquier otro día, ¡es un día después de…! Su salud está bien y el ánimo no decae, sin embargo, confiesa que le invade la incertidumbre de no saber cómo esta Leonila, su compañera de viaje que fue lesionada y llevada a Parral para atender la gravedad de la lesión. No tiene rencor por lo vivido ese viernes, pero refrenda que la paz es el camino que nos lleva a la salvación.
- ¿Cómo fue que sucedió este ataque?
- En la camioneta cabina y media viajábamos seis: tres señoras y dos personas de la tercera edad, una de ellas, Leonila, iba en el asiento de a lado, en el de atrás los demás.
- ¿Dónde fue el ataque?
-En Carboneras, casi llegando, nos faltaban quince minutos
¿Cómo fue el hecho?
-Nos dispararon y al escuchar, de inmediato di reversa, lo hice ¡aun con el riesgo de caer en el abismo del barranco!
¿Cómo Logro salir de la emboscada?
-Es un camino estrecho y muy malo, pero logre dar la vuelta a la camioneta y empezar el camino de regreso a Guadalupe y Calvo
- ¿Como se sentía en esos momentos?
- Bajo un estrés muy fuerte, durante todo el camino solo pensaba que la mujer no se muriera. Agradezco a Dios por salvarnos y darme el temple para pensar fríamente y no accidentarnos pese a que no tenía frenos en la camioneta.
- ¿Puede describir el momento en que los hirieron?
- Desde el cerro nos disparaban y una de las balas rompió el cristal de la camioneta, lesionó a la señora y a mí también.
¿Cuál fue su afectación?
- Un rozón en el brazo, la bala no se quedó.
- ¿Como se sobrepuso?
-Tenía el dolor muy fuerte en el brazo derecho y sentía también mucho frio, ¡un frio penetrante! Debido a que la ventana estaba rota. Agradezco a Dios que me halla dado el temple para salir.
- ¿Se asusto?
-No estaba asustado, por eso pude pensar fríamente la situación
- ¿Qué pensaba en esos momentos?
- ¡En cómo iba a regresar, como mandar mensajes para pedir ayuda!
- ¿Cuánto tiempo tardo en regresar?
- Fue muy rápido; ¡como una hora!
- ¿Su vehículo estaba en buenas condiciones?
- No, ¡le sonaba todo abajo! Le pedía a Dios, ¡señor que no se quede la camioneta, que no se “ponche” o algo!
¿Y fue escuchada su petición?
-Por fortuna llegamos a Guadalupe, ¡ya no me respondían los frenos! pero no ocurrió nada ¡gracias a Dios!
-Usted vive para contarla, ¿Qué pide a las autoridades después de esta odisea?
- ¡Respeto a la dignidad humana! Ante la ola de violencia que se vive en muchas partes, ¡necesitamos la paz en general! Todos somos hijos de Dios.
- ¿Cómo toma este incidente violento?
-A las personas que iban conmigo y a mí, ¡nos va a quedar una marca muy fuerte que lastima la dignidad humana!
¿Y de sus agresores?
-Deben reflexionar por la salvación de sus almas. Entender que haciendo el mal no les favorece, deben pensar en el futuro, no solo en el presente. Hacer conciencia independientemente de la religión que profesen porque todos compartimos estos preceptos. Que no se dejan llevarnos por el rencor, el odio o la ira
El sacerdote se muestra tranquilo, es sábado, un día después de lo ocurrido, esta en la iglesia de nuestra señora de Guadalupe en la cabecera municipal, la gente lo reconoce, lo saluda, hace señas para atenderlos un poco después, está en la entrevista, lo peor a pasado pero el recuerdo queda grabado, Hoy no es como cualquier otro día, ¡es un día después de…! Su salud está bien y el ánimo no decae, sin embargo, confiesa que le invade la incertidumbre de no saber cómo esta Leonila, su compañera de viaje que fue lesionada y llevada a Parral para atender la gravedad de la lesión. No tiene rencor por lo vivido ese viernes, pero refrenda que la paz es el camino que nos lleva a la salvación.